Hola Musa!
Te confieso algo. He vivido unos meses duros, difíciles, emocionalmente hablando. He estado en una redefinición de mi relación de pareja, y un alejamiento de nuestra relación estructurada de esposos, la cual busqué con toda la emoción, compromiso y determinación en su momento. En los últimos meses he ido entendiendo que debo volver a mi energía, a mi centro.
Me estaba perdiendo en mi relación. Había empezado a depender de mi pareja, de sus tiempos, de sus caricias y de su validación. Aún cuando he sido independiente y empoderada toda mi vida, en esta relación me había entregado más profundamente. Y al entregarme tanto, y al abrir tanto mi corazón, empecé a borrar los limites entre mi y mi pareja. Y ha sido un aprendizaje profundo, de vida, encontrar esa vulnerabilidad, sentirme inquieta, sentirme incómoda en una situación que yo misma había deseado y querido tanto.

Porque este camino del aprendizaje nunca termina. Estamos en una espiral, no en un mundo lineal con una meta final que alcanzar. Eso es para los cuentos de hadas. Nuestro mundo es mucho más complejo, conectado y sistémico, nos movemos en espiral, y cada vez sentimos que tocamos los mismos temas, cada vez más profundamente, hasta que realmente podemos trascender la situación. Como he oído decir, “pelando una cebolla”.

Cuando más nos sentimos presionadas por el mundo de afuera, por nuestras relaciones, por el estrés de la vida diaria, es cuando más ayuda tener una práctica diaria de conectar con nuestra Intuición.
Puedes escribir en un diario. Puedes meditar o hacer yoga. Puedes bailar. Puedes salir a caminar en la naturaleza. ¿Qué haces tú para conectarte, para centrar tu energía y volver a tu paz interior, cuando la realidad de la vida te sobrecoge?
¡Me encantaría inspirarme contigo!